¡Hola Irene! El hielo de los polos es de agua dulce, es decir, no contiene sal. Por tanto, si se derriten, aumentará solo la cantidad de agua, pero no la de sal en el océano y, por tanto, la salinidad disminuirá. Esto supondría un grave problema por lo siguiente:
Las corrientes oceánicas se generan por masas de agua con diferente densidad, que depende de la temperatura y de la salinidad. Las masas frías y muy saladas del norte se hunden por ser más densas y provocan desplazamientos en el agua que generan las corrientes. Estas corrientes son muy importantes para transportar el calor por el océano y mantener el clima de la Tierra. Si el agua ya no tiene tanta sal, ya no hay tanta diferencia de densidad y las corrientes disminuyen, lo cual afectaría al clima.
Esto también sería problemático para animales marinos que migran siguiendo las corrientes oceánicas y a especies sensibles a cambios de temperatura y salinidad. Además, si la temperatura del océano sube, algunas especies migrarán en busca del frío, pero otras no podrán migrar como la Gran Barrera de Coral, que ya sufre un fuerte deterioro (o los percebes de Alba 😉). Incluso los osos polares podrían desaparecer si los polos se derriten 🙁 ¡Ojalá todos tomemos conciencia y frenemos esto!
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