Sí, es cierto. Un planeta errante que hubiera sido expulsado de su estrella podría recorrer las decenas o cientos o miles de años-luz hasta el Sistema Solar, con tan mala suerte que justo encontrara la Tierra en su camino… ¡pero eso es TAN improbable!
Hace mucho tiempo, cuando el Sistema Solar era joven, creemos que había otro planeta en el Sistema Solar. Ese planeta, llamado Theia y del tamaño de Marte, chocó con la Tierra primitiva, convirtiéndola en un infierno abrasador durante millones de años, y poniendo una pequeña parte de la corteza del planeta en órbita, hasta que, poco a poco, los fragmentos ardientes se agregaron y enfriaron… y así nació la Luna. Recuérdalo la próxima vez que la mires. 🙂
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